Creo que nada es casual. En estos ocho años transitando por el Mundo
de Caetano he llegado a ese convencimiento.
La vida no es una serie de hechos aleatorios, no suceden las cosas
porque sí…creo que nacemos destinados a algo…destinados a cumplir un papel en
esta vida…y entonces la vida es una sucesión de hechos que nos van preparando
para cumplir nuestra misión especial en este mundo…
Había olvidado muchas cosas de mi infancia…pero hace
unos días me acordé de algo muy particular…yo era una niña muy solitaria…mis
momentos favoritos eran cuando estaba sola…me gustaba mucho jugar con mis
muñecas…pero no jugaba a hacerles comidita, sino que jugaba a ser su
profesora…dibujaba cosas en mi pequeña pizarra…y les enseñaba a mis muñecas…y
así se pasaban las horas…me encantaba ese juego…
Estando ya en la universidad y sin tener las cosas
muy claras en cuanto a lo que quería ser en la vida, descubrí que me gustaba
mucho escribir…no sólo mi diario personal, sino cuentos…tuve una etapa hermosa
en la que siendo alumna de un taller de literatura escribí muchas
historias...fue una linda etapa…y eso se combinó con el amor a las letras y a
las artes…a los libros…a la literatura…a las películas…aunque nunca ejercí mi
carrera que era Periodismo creo que todo lo que aprendí en mi vida
universitaria me preparó para poder tener la mente abierta, la sensibilidad y
el entendimiento necesarios para dedicarme a criar a Caetano y a entender el
trastorno del autismo…si no hubiera aprendido a narrar historias, no habría
sido posible escribir el blog de Caetano…no podría ser lo que soy ahora…la
cronista de sus historias…historias que ayudan a muchas madres y familias con
niños dentro del Espectro del Autismo…
Volviendo a mi juego de ser profesora…la vida se
encargó de que se convirtiera en realidad…tuve una hija, mi hermosa Nicole…me
divorcié y tuve que ponerme a trabajar inmediatamente…pero como dije antes no
ejercí mi carrera…aunque se me presentaron oportunidades, no las tomé…después
de muchos periplos terminé dedicándome a ser profesora de inglés…ser profesora
me dio disciplina, método, orden. constancia, paciencia, perseverancia…aprendí
a enseñar las cosas con claridad…a establecer objetivos de trabajo…a adaptar
contenidos…y tantas cosas más…y me di cuenta de que podía hacerlo bien y que me
gustaba enseñar y aprender…pero ni me imaginaba lo que iba a pasar unos años
después…
Cuando nacen Almudena y Caetano decidí abandonar mi
trabajo de profesora para dedicarme a criarlos…pero cuando descubrimos el
trastorno de Cai comenzó una nueva etapa en mi vida…tenía que comprender y
aprender todo sobre el autismo…y sobretodo aprender cómo ayudar a Cai, como
enseñarle…y me convertí en la madre-profesora que ahora soy…soy la profesora de
Caetano…porque la vida me lo tenía reservado…esa es mi misión en esta vida…no
sólo ser la cronista de su vida e historias…sino la que le va a enseñar el
mundo y a transmitirle conocimientos…me encanta entrar a las librerías y ver
todo lo que hay…libros de enseñanza, rompecabezas, materiales de trabajo…puedo
pasar en estos sitios mucho rato viéndolo todo…imaginando cómo puedo usar todo
esto con Caetano…me gusta plantearme programas y objetivos semanales…y
trabajarlos después con él…enseñarle a escribir, dibujar, colorear…enseñarle
palabras, figuras…y tantas cosas más…a veces cuando las cosas no van
bien…cuando siento que no avanzamos me frustro…pero luego replanteo mis
objetivos, mi metodología…me doy cuenta de los errores y vuelvo a intentarlo de
otra manera…siempre buscando nuevas rutas y formas para que siga
aprendiendo…hay noches en que los problemas de su enseñanza no me dejan
dormir…no cuento ovejas para conciliar el sueño…me duermo luego de mucho
rato…pensando en nuevas ideas para aplicar a la hora de trabajar con Caetano…
No es fácil…a veces Cai me puede hacer las cosas muy
complicadas…a veces todo parece muy cuesta arriba…pero recuerdo que él cuenta
conmigo…recuerdo que yo le prometí que iba a enseñarle a leer y escribir…y que
ese es el camino…puede ser un camino lleno de baches y obstáculos a veces…un
camino escarpado y sinuoso…definitivamente no es una carretera recta y
asfaltada…nadie dijo que iba a ser fácil…pero cada vez que Cai aprende algo
nuevo, me siento tan orgullosa de él y tan feliz por sus logros…eso me llena de
energías para seguir…
Finalmente entiendo ahora, a mis cuarenta y siete
años…después de tantas cosas vividas…que todo lo que me ha sucedido hasta ahora
me ha servido de aprendizaje…creo que un poder superior así lo decidió…la vida
me preparó para ser la compañera de Caetano…madre, profesora, compañera de
ruta…y estoy feliz y agradecida por tener el honor de haber sido escogida para
esta misión tan hermosa y especial…sigo aprendiendo…Cai me sigue enseñando
nuevas cosas cada día…y Caetano también sigue aprendiendo…los dos seguimos
avanzando…
Hermosa elección, que valiente eres.
ResponderEliminarMe encanta como cuentas tu historia y la de Caetano, le pones tanta ternura.