sábado, 19 de octubre de 2013

DEMASIADO AMBICIOSA II


Aunque debí escribir esta entrada hace mucho tiempo…a veces sucede que hay cosas que nos pasan que pueden en su momento resultar muy dolorosas…y entonces hay que tomarse un tiempo para cerrar las heridas, para recobrar las fuerzas, para digerir lo que pasó…y recién entonces escribir sobre lo sucedido…así que aunque ya ha pasado algún tiempo voy a contar en este blog lo que pasó cuando nos reunimos a conversar con la directora y la profesora del nido donde estudiaba Cai…

Como ya conté en la primera parte, Cai fue al nido durante todo el primer bimestre de este año…Eduardo y yo soportamos la mala actitud, los prejuicios y los comentarios sarcásticos por parte de la directora y la profesora del nido, así como su poca disponibilidad para ayudar a Cai, pero al finalizar el bimestre decidimos pedir una cita para hablar de todos estos problemas con ellas, pero sobretodo para pedir inmediatamente el cambio de Caetano a otra aula y con otra profesora que estuviera dispuesta a apoyarlo más…Eduardo y yo en nuestra ingenuidad pensábamos que podíamos llegar a un entendimiento con las dos educadoras…pero para nada nos imaginamos la hostilidad con la que nos iban a recibir y tratar a lo largo de toda esa reunión…

Eduardo y yo llegamos primero al nido…después llegó la profesora de Caetano, y finalmente llegó la directora, algo tarde…Eduardo y yo ya estábamos sentados…ella se sentó frente a nosotros, junto a la profesora, al otro lado de la amplia mesa que había en el salón de clases…

Quise comenzar a hablar…pero la directora no paraba de buscar cosas en su bolso…entonces decidí esperar…ella seguía rebuscando su bolso…yo guardaba silencio…en eso con una voz algo algo burlona y provocadora me dijo: “sigue hablando, te escucho”…mientras seguía mirando dentro de su cartera, sin mirarnos para nada ni a Eduardo ni a mi…me pareció algo extraña su actitud, pero sin hacerme más problemas le contesté: “no te preocupes, te espero…”

Cuando finalmente terminó de rebuscar en su cartera, y se dispuso a escucharnos yo comencé a hablar…ella queriendo molestarme se hizo la que no escuchaba…”PERDON…NO TE ESCUCHOOOO”…me dijo…a esas alturas ya estaba clarísimo que estaba buscando sacarme de mis casillas…tranquilamente le contesté: “si quieres me paso a tu costado para que escuches mejor”…paró de fastidiar, así que continué…me dispuse a explicarles a la directora  y a la profesora el porqué Eduardo y yo habíamos pedido la cita…les dije que nosotros pensábamos que el ambiente en la clase de Caetano era un tanto CAÓTICO, la idea era hablar primero de las cosas objetivas que necesitaba Cai para aprender, y que no se estaban dando en su aula…apenas acababa de decir eso, cuando la directora se paró bruscamente de su asiento diciendo a voz en cuello: “PERDOOOONNNN, PERDOOONNN, DISCULPEEEENNNN!!!”…inmediatamente después salió histriónicamente por la puerta por la que había entrado, fuera del salón…pasaron algunos minutos…la verdad es que yo pensaba que habría pasado algo afuera con los niños en la guardería, o algo así y que ella habría salido así intempestivamente para atender algún problema del nido…cuando entró nuevamente y se sentó de nuevo histriónicamente con aires de indignación en su asiento me dí cuenta…comenzó a alzar la voz y a decir que ella no podía permitir que habláramos así en esos términos de su profesora…que ella ya sabía cómo era yo y que justo por eso me había dado la cita para primera hora en la mañana, para que yo estuviera “TRANQUILITAAA”…Eduardo se iba indignando cada vez más…en eso se paró y me dijo furioso: “Vamonos!!!..no ves Vero, que ellas quieren que pises el palito…para eso nos han dado la cita…”

Pero yo me había preparado emocionalmente para todo lo que se venía…sabía de antemano todo lo que iba a escuchar en esa reunión…sabía que la intención de la directora y la profesora era desestabilizarme hasta perder la paciencia…hacerme estallar…es más…sabía en lo que terminaría la reunión…milagrosamente, esa mañana estaba más tranquila que nunca…con todo lo agnóstica que soy, la noche anterior le había pedido a Dios que me diera fuerzas y serenidad para afrontar con calma todo lo que iba a suceder en dicho encuentro…para hablar con inteligencia y lógica…y al parecer mis ruegos habían sido escuchados, pues estaba muy serena, sentada escuchando a todo el mundo alzar la voz a mi alrededor…

No pude evitar sonreir con ironía cuando la directora me dijo esas palabras…con suma calma le dije a Eduardo: “no te preocupes amor…no me voy…hemos venido a hablar…y eso es lo que voy a hacer…miré fijamente a la directora del nido y le dije: “Sabes X? …estoy totalmente tranquila…me parece que la que está nerviosa eres tú”…mis incendiarias palabras definitivamente causaron un efecto tremendo en la educadora que aún más encolerizada y fuera de sí me contestó:  “Suaveeeeee comadreeeeee“…me sorprendió su falta de modales, su falta de autocontrol…su vulgaridad total…sonriendo una vez más ante tanto desatino continué:  “No entiendo tu indignación…cuando dije la palabra CAÓTICA, no me refería a la profesora de Caetano…no es para nada mi intención insultarla, pero me refería al ambiente de su salón de clases…”

Mientras yo decía todo esto, la directora había sacado una libreta de notas, sin duda para anotar todos mis “insultos” y refutarme todo punto por punto…yo seguí: “mi intención no es hablar mal de nadie…sino ayudar a Caetano…eso es lo más importante para mí”…y seguí hablando diciéndoles con objetividad todas las necesidades de Caetano que no se estaban cumpliendo…los contenidos que no se adaptaban, la falta de apoyos visuales, las veces que se presentaban los temas de una manera caótica y poco ordenada, muchas veces juntando a las aulas de 3 y 4 años para hacer alguna actividad…en perjuicio de Caetano, pues todo se volvía muy desordenado en la clase…mientras yo hablaba, la directora se fue calmando y dejando de escribir en su libreta, y se puso a escuchar…

Me sorprendió mucho que mientras todo esto pasaba, la profesora de Caetano, que durante todo el bimestre había sido tan abiertamente grosera con Eduardo y conmigo y tan hostil en sus comentarios hacia Caetano y hacia mí…estuviera calladita escuchando todo con cara de no matar ni una mosca…se hizo un silencio y ella dijo:  “Me da mucha pena…pues yo quería que Caetano fuera feliz…quería ayudarlo pero ustedes no me dejaron”…y con tremenda mentira volteó la tortilla e invirtió taimadamente y con total cinismo los papeles…ella era la víctima…nosotros los que la habíamos tratado mal…yo le contesté que ella se comprometió a darnos el material que se iba a trabajar en clase para hacer las adaptaciones necesarias para Cai, y que nunca cumplió aduciendo que se sentía presionada por nosotros, y que estaba sumamente estresada…le dije a la directora que ella tampoco cumplió cuando dijo que ella iba a asumir lo de las adaptaciones de contenido, pues quería evitarle el ya mencionado estrés a la profesora, y que tampoco había cumplido…les dije que lo único que habían hecho era darme un fajo de fichas para trabajar con Cai en casa…y que nadie había adaptado nada para él…les dije que entonces por qué no mejor me daban a mí las hojas de evaluación del bimestre de Cai para que yo las llenara…pues yo era la que había trabajado tan arduamente con él en casa…y ellas no sabían ni siquiera como presentarle los contenidos, ni como evaluar si había comprendido o no…no sabían cómo preguntarle nada…les dije: Ustedes tuvieron una maravillosa oportunidad de ayudar a un ser humano…y la dejaron pasar”…y continué, dirigiéndome a la profesora:  “Hay una serie de prejuicios que ustedes tienen sobre mí que no son para nada verdad…yo no me creo profesora, ni creo que lo sé todo…pero indudablemente he aprendido mucho a lo largo del tiempo con respecto a cómo trabajar con Cai; además no creo que el nido sea una universidad, ni tengo a mi hijo todo el día sentado a la mesa haciendo fichas de trabajo, ni lo tengo todo el dia encerrado en casa, y claro que lo llevo al parque y salgo con él…por otro lado, me parece excelente que no todo sean fichas de trabajo y que se le presente a Cai material concreto para trabajar los contenidos, pero hasta eso requiere una adaptación y una presentación acorde a las necesidades de Cai…en mi opinión trabajar con Cai con un método tipo Montessori (que Cai descubra las nociones por sí mismo explorando materiales) no es por el momento el mejor método a aplicar con Cai…así que por todo lo que he dicho hasta ahora, Eduardo y yo hemos venido a pedirles que por favor se pase a Cai al aula de 2 años, pues seguro va a estar más tranquilo y no se van a juntar los salones de 3 y 4 años para las actividades”…

Apenas dije esto, cuando la directora me respondió: “No creo que sea posible…la profesora de esa aula no va a poder con esto”…después de unos segundos de silencio continuó:  “Yo creo que no estamos preparados para tener a Caetano en el nido”…

Yo ya sabía lo que iba a pasar…no me sorprendió para nada…estaban sacando a Cai del nido…se hizo un silencio incómodo…Eduardo lo rompió para pedirle a la directora que reflexionara sobre su decisión…yo no le pedí nada…pues ya sabía que su decisión había sido tomada tiempo atrás…que no había nada que hacer…

En ese momento, después de haber estado reunidos por tan sólo 20 minutos aproximadamente, la profesora de Cai se levantó y dijo:  “Bueno, tengo a unos papás esperándome, así que me disculpan pero me tengo que ir”… yo no podía dejarla ir tan tranquilamente…tenía que aclarar varios puntos con ella…expuse mis quejas lo más rápidamente que pude…le dije delante de la directora que ella no dejaba a la maestra sombra (shadow) de Caetano auxiliarlo cuando lo necesitaba, que varias veces le había pedido que hiciera las labores que le correspondían a ella en el aula, que la shadow de Caetano no era una auxiliar de clase del nido, sino que su deber era ver a Caetano, que por cumplir con las órdenes de la profesora lo había descuidado varias veces…y finalmente le dije:  “Tú dijiste la primera vez que hablamos que yo era DEMASIADO AMBICIOSA con respecto a mi hijo, tú le dijiste a la shadow de Caetano que si yo me creía profesora entonces por qué mi hijo no se quedaba en casa en vez de ir al nido…tú le dijiste también que mi hijo no iba nunca a llegar a sumar, ni a multiplicar…y discúlpame, pero tú no tienes ningún derecho a decir todo lo que dijiste…en primer lugar, NUNCA se es demasiado ambiciosa respecto a un hijo…y en segundo lugar, ni tú ni nadie tiene el derecho a decir que mi hijo no va a llegar a sumar ni multiplicar…ni tú ni nadie lo puede saber”…la mentirosa estaba desenmascarada…aunque dentro de mí yo sabía que la directora iba a apoyar incondicionalmente a la profesora, pues eran amigas desde hacía años, igual tenía que enfrentarla…con cinismo total, la profesora contestó con aires de indignada:  “eso no sucedió exactamente así…en todo caso, es la palabra de tu shadow contra la mía…si quiere, que venga a hablar”…y después de decir eso, salió tranquila y horondamente por la puerta del salón…

Eduardo se tenía que ir a trabajar…así que nos quedamos solas la directora y yo…la miré a los ojos fijamente y le dije:  “las cosas sí sucedieron exactamente así…ella sí dijo todo eso…ella ni siquiera me recibía a la entrada o a la salida de Cai del nido…nunca dio cara…”

Pero daba lo mismo cualquier cosa que yo pudiera decir en ese momento…para la directora yo siempre iba a ser la madre neurótica y quejona de Cai…y la profesora iba a ser la pobre e inocente víctima de las falsas acusaciones de un par de padres exagerados y obsesivos…

Ella se mantenía en silencio…en eso me dijo con cara muy seria, como interesada sobremanera en el tema de Cai…”X (la profesora de Cai) y yo hemos estado leyendo este libro sobre autismo”…y me pasó por sobre la mesa un libro…se trataba nada más y nada menos que de LA FORTALEZA VACÍA de BRUNO BETTELHEIM…el fantasma de Bettelheim me encontraba de nuevo…Bettelheim…ese ignorante pseudo psicólogo de origen austríaco que se decía saber de autismo…me indigné…aparte de tener que aguantar las malas maneras de la directora y las mentiras de la profesora de Cai, ahora tenía que sonreir mientras que la directora me mostraba esa porquería de libro…le dije a ella con una mirada fulminante:  “Deberías botar a la basura ese libro…fue escrito por un hombre que decía que el autismo era producto de madres nevera, madres frías y distantes y padres ausentes…un hombre que separó a tantos niños con autismo de sus madres y familias para llevarlos a su centro a estudiarlos…para luego enseñarles una estatua de la madre y hacer que los niños la agarraran a golpes, y que tan sólo hacía estudios con esos niños para conseguir la financiación de empresas importantes…un hombre que había comparado a los niños con autismo con los prisioneros de los campos de concentración nazis…un hombre que en suma hizo mucho daño a muchos niños con autismo y a sus familias…”

Sacando conclusiones obvias, estaba frente a una directora que pensaba que yo era la culpable del autismo de Cai, por ser fría y distante con mi hijo…y obviamente la profesora también pensaba lo mismo…cómo pretender que te escucharan o entendieran, si ellas eran tan ignorantes y estaban tan desinformadas?...ya era suficiente…no había nada más que hablar…

Me levanté de la silla y me dirigí a la puerta…la profesora iba a mi lado…antes de salir del salón le dije unas últimas palabras:  “Deberías enviar a tus profesoras a hacer algún curso de especialización en autismo…pues no sabes en que momento podría llegar a tu nido otro niño dentro del espectro autista”…la directora me miró con ojos fríos e imperturbables y me dijo:  “no creo que tomemos nunca más otro niño con autismo”…

No podía creer lo que escuchaba…la indignación me hacía saltar las venas de las sienes..las palabras se agolpaban en mis labios…pensé:  “Con qué derecho le niegas el acceso a tu nido a los niños con autismo?...no te das cuenta que estás yendo en contra de las normas que defienden el derecho de inclusión de estos niños en los colegios regulares?...la norma dice que todo colegio ya sea estatal o privado tiene la obligación de aceptar dos niños con discapacidad con aula…tu nido no es la excepción…cómo puedes ignorar los derechos de estos niños?”… pero no pude decir nada…estaba demasiado molesta…la miré de nuevo…me dio pena…lástima…por ser tan ignorante…por tener tan poca humanidad, siendo profesora de nido…porque me dí cuenta que ella personificaba a tantas otras directoras y profesoras de tantos otros nidos y colegios donde la palabra inclusión se había borrado tanto de sus diccionarios como de sus corazones…

Había tratado tanto de ser fuerte durante la reunión…al despedirme le dije estas palabras: “Acuérdate de mí…no sé cómo…pero como sea yo voy a sacar a mi hijo adelante…Yo le voy a enseñar a leer, a escribir, a sumar, restar, multiplicar…nadie tiene derecho a decirme que mi hijo no va a aprender”…cuando dije esto último, la voz se me quebró…las lágrimas se me salían…pero no iba a llorar delante de esa mujer…la directora se acercó para consolarme…me alejé…puse distancia y le dije:  “Estoy bien, X…no te preocupes”… me fui lo más rápidamente que pude…pues ya no podía aguantar más tiempo el llanto…cuando llegué a casa sencillamente no pude más…lloré, y lloré, y lloré…con cólera, con rabia, con ira, con frustración…lloré de cansancio…lloré de impotencia…lloré por sentir de nuevo frente a mí y a Caetano la dureza y la frialdad de la gente…

No fueron días fáciles…sentir en la piel el rechazo hacia mi hijo fue durísimo…tuve que aislarme de todo y de todos…para sanar…para olvidar…para empezar de nuevo…pero la herida no ha sanado…de hecho por el momento no me quedan ganas de intentar la inclusión de nuevo con Cai…no quiero más portasos en la cara…no quiero más incomprensión…no quiero más prejuicios…no quiero más maltrato…no más…

Quizás lo que me pone más triste es que no es sólo Cai…son tantos otros niños llenos de inocencia que son rechazados…tantas madres desesperadas por buscar una oportunidad para sus pequeños…si estas personas tan frías de corazón estuvieran por un solo día en nuestra piel…entenderían…sólo así entenderían…

Pero no soy de las personas que bajan la cabeza ante los malos tratos…después de haber llorado hasta agotar las lágrimas en la cocina…encendí la computadora y le envié un correo a la directora del nido…la insté a que quemara el libro de Bettelheim…le dije que si quería de verdad saber lo que era el autismo probara a leer a otros autores y libros…le dí una lista de ellos…y terminé escribiéndole las siguientes palabras:

“Saber de todo esto es lo que derrumbará los mitos contra el autismo…que tanto daño hacen a nuestras familias y niños”…

No recibí nunca respuesta alguna de su parte…ni la esperaba…pero tuve la última palabra…la última contundente y certera palabra…espero haber contribuído en algo a sacarla de su ignorancia y su pobreza de espíritu…espero haber contribuído en algo a derrumbar tanto mito imbécil respecto al autismo…espero en verdad haberlo hecho…por el bien de Caetano y de tantos otros hermosos niños como él…


Seguimos adelante…con fe…